miércoles, 9 de julio de 2008

15 meses son lo mismo que 32 años

El caso Fuentealba ya tiene su primer condenado. Darío Poblete, ex cabo de la policía correspondiente a la provincia de Neuquén : acusado de disparar el proyectil de gás lacrimógeno que impacto en la cabeza del profesor de química y le ocasionó la muerte.
A lo largo de estos 15 meses el caso alcanzó una gran repercusión mediática. Lo extraño es que a este nivel de cobertura comunicacional y a tanto tiempo, el único condenado sea un suboficial de las fuerzas de seguridad que cobra aproximadamente 2000 pesos y a duras penas mantiene a su familia. El accionar de Poblete es injustificable, pero no seamos tan incrédulos para negarnos a ver más allá.
Cuando se conoció la trágica noticia que anunciaba el fallecimiento de Carlos Fuentealba, el entonces gobernador de la provincia Jorge Sobisch justificó la represión argumentando que los docentes interrumpían el tránsito en una ruta nacional. No sólo justifico su proceder sino que complementó: " el gobierno dispuso un aumento salarial para los maestros que no todas las provincias podemos pagar". Educación, salud y alimentación. Son las tres cosas básicas que una persona necesita y resulta que no puede ser costeada por este país. No puede ser costeada en una provincia como Neuquén que tiene ingresos siderales por el turismo. Además de no destinar la plata a lo que corresponde, el ilustre gobernador, hijo de un suboficial del Ejército Argentino, criminaliza el derecho a protesta. Cuando fue citado a declarar en los últimos días del juicio manifestó que jamás tuvo interés en una represión violenta, que buscaba un desalojo correcto para mantener la paz social. ¿ Será por esa causa que en la localidad de Arroyito había cinco grupos de operaciones policiales especiales: el de Zapala, el de Cutral-Có, el de Junín, la policía distrital y la metropolitana esperando a reprimir la justa movilización docente?
Después de tanto tiempo yo verdaderamente creo en el testimonio de Sandra Rodríguez, esposa de Fuentealba. La mujer afirma, como tantas otras personas, que Sobisch a las pocas horas se hizo cargo de lo sucedido y reafirmó que lo vovlería a hacer. Esto , lógicamente, sumado al eufórico grito que aseguran transmitió por su teléfono celular: "Matá al de barbita, matalo ahora"

Belisario

1 comentario:

Anónimo dijo...

Yo solo opino que bajame la calidad de escritura o amplia la informacion para todo el mundo que no esta interiorizado en el tema. Vos me entendes Belisario. El arte de escribir es tan coplejo como el arte de interpretar.
Srocklo.